Los pueblos de Mazaleón y Cretas nos trasladan a la prehistoria, con sus numerosos restos de pinturas rupestres y asentamientos neolíticos, de la edad de bronce y de hierro. También podemos encontrar el antiguo poblado íbero de San Cristóbal.
En Monroyo se respira edad media, el puente de Torredarques o el núcleo urbano de Fórnoles, juntos, y a través de leyendas explicadas por las gentes de sus pueblos nos trasladan a una época mágica de caballeros.
En definitiva, estamos frente a un paisaje mediterráneo prelitoral que ofrece al viajero diversidad de paisajes y ecosistemas bien conservados; frontera terrestre entre Cataluña y Valencia, con excelente gastronomía, acoge al visitante con la calidez de un pueblo que ama su tierra.